«Dios pudo haberle dado la espalda a la raza humana. Pudo haberla pulverizado en un holocausto nuclear. No hubiese quedado nadie vivo para acusarlo de una injusticia. Pero, en vez de eso, decidió poblar el cielo con aquéllos que escupieron su rosto y lo clavaron en la cruz».
Autor: William MacDonald