“Vi con más claridad que nunca que el principal y gran negocio que yo debía atender cada día era hacer que mi alma fuese feliz en el Señor. Mi primera preocupación no era cuánto podía yo servir al Señor… sino cómo podía lograr que mi alma entrara en un estado de felicidad, y cómo mi [vida] interior podía ser alimentada.”
Autor: George Müller