«Dos de los pecados más difíciles de resistir son la soberbia y la inmoralidad sexual. Ambos son seductores. La soberbia dice: ‘Me lo merezco’. El deseo sexual dice: ‘Lo necesito’. En combinación, su llamado es mortal. La soberbia apela a una cabeza vacía, la tentación sexual a un corazón vacío. Al mirar a Dios, podemos llenar nuestra mente de su sabiduría y nuestros corazones con su amor.»
Autor: Diario Vivir